Los riñones contribuyen a regular el pH sanguíneo mediante la
excreción de H+ en la orina (sobre todo en forma amortiguada,
como se describirá de manera sucinta) y la reabsorción de bicarbonato.
Como de manera habitual los riñones reabsorben casi todo el
bicarbonato filtrado y excretan H+, la orina normal contiene poco
bicarbonato y es ligeramente ácida (con un pH que oscila entre 5 y
7).Las membranas apicales de las células tubulares (las que
“miran” a la luz) son impermeables al bicarbonato; por tanto,
la reabsorción de bicarbonato debe tener lugar en forma indirecta.
Cuando la orina es ácida, el HCO3– se combina con H+
para formar ácido carbónico. Después, el ácido carbónico del
filtrado es convertido en CO2 y H2O en una reacción que cataliza
la anhidrasa carbónica; esta enzima se localiza en la
membrana apical de la célula del túbulo contorneado proximal
en contacto con el filtrado
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